Este está siendo un fin de semana de otoño. Lluvia y ya las hojas de los arboles en el suelo. Vivir en un pueblo te permite conectar con la naturaleza, ver cómo va evolucionando.
Yo no tengo estación favorita, lo que me gusta es el cambio, todas son hermosas cuando empiezan. Aquí lo que veo cuando me levanto, lo sé soy una privilegiada y os puedo decir que hubo una época y que tampoco la veía por la velocidad a la que vivía.
El otro día ya dejaba entrever de lo que iba a hablar hoy, de pan.
Una de las ventajas de vivir en un pueblo es que los productos locales, saben a los productos que compras. Probablemente, no les hayan sacado brillo para sacarlos a vender y tengan un aspecto más tosco, pero os prometo el tomate, sabe a tomate. Pero vamos al lío que me desvío como siempre.
Yo vivo en Betanzos, dónde la tortilla, es un manjar muy conocido, pero también hay muchísima tradición en elaborar pan. Aquí se puede comprar pan recién hecho en hornos de leña, su sabor y olor no tienen nada que ver. Se elaboran en hornos de piedra centenarios y con materia prima de primera calidad. Es una pena porque algunos han ido desapareciendo por falta de relevo generacional.
La mayoría llevan varias generaciones en la misma familia y hacen un esfuerzo tremendo por actualizarse, así en ellos puedes encontrar desde os bolos de toda la vida a chapatas que son de origen italiano o dulces, pan de molde (¡inciso personal, las tostadas del desayuno están de muerte!). Hay que hacer una mención especial a las empanadas. Da igual de que las pruebes, todas están recién hechas, y la masa esta deliciosa.
Uno de los recuerdos de mi infancia es ver a mi abuela preparando el relleno de la empanada y llevarlo al horno para que la preparasen (desgraciadamente ese horno ya no existe) y luego, la traía en la cabeza, en un equilibrio que a mí de pequeña me parecía dificilísimo y ahora de mayor me parece imposible.
Os dejo aquí dos de mis panaderías preferidas:
Panadería Rabizas, que es el segundo horno más antiguo de España en activo y fue construido en el siglo XVI. Todo está bueno, pero me encantan sus chapatas, sus empanadas y el pan de molde.
Panadería Santa María, aquí sus empanadas son una locura y el bizcocho de limón ni os cuento y la bolla es una delicia.
Esta última panadería sirve empanada a toda España yo no perdería la oportunidad de probarlas, no os van a dejar indiferente.
Y sino venís a probarlas al pueblo, a cualquiera de los restaurantes de la zona.
¡Feliz y sabroso domingo!
El pan de Galicia es maravilloso. En Navia de Suarna el que vende la panadería Amparo está delicioso. Y aguanta varios días, por si alguien va y se quiere llevar. :)
Que maravilla !! Iré a conocer esas panaderías